¿Qué edulcorantes contienen los caramelos Smint de menta?
Los Smint son unos de los caramelos más originales, que se presentan como caramelos para adultos y que siempre asociamos a su famoso eslogan “sin Smint no hay beso”. Se trata de caramelos sin azúcar con Xylitol que ayudan a la salud de tus dientes y que aportan sensación de frescor. Aunque originalmente se trataba de un producto español, parte de la compañía Chupa Chups, actualmente están fabricados en Turquía.
Además de los clásicos de menta, los hay de multitud de sabores tales como limón, fresa o frutas del bosque.
Los ingredientes de los caramelos Smint menta son los siguientes: edulcorantes (sorbitol, aspartamo, sucralosa, acesulfamo K), aromas, antiaglomerante (sales magnésicas de ácidos grasos), colorante (azul brillante FCF).
Como podemos ver, la gran parte de estos caramelos es una mezcla de diferentes edulcorantes que detallamos a continuación.
El primero de los edulcorantes, el sorbitol, es un poliol (alcohol de azúcar) que otorga dulzura, además de ser un excelente agente humectante y texturizador. El sorbitol tiene un 60 % de dulzor que la sacarosa y tiene un tercio menos de calorías. En la UE tiene el número E420.
El aspartamo (E951) es alrededor de 180 a 200 veces más dulce que la sacarosa (azúcar común). A pesar de su contenido calórico de 4 kcal/g, al ingerir cantidades tan pequeñas, su contribución calórica es despreciable. El gusto del aspartamo (y de otros edulcorantes artificiales) difiere del azúcar de mesa tanto en sabor como en duración del dulzor. Se suele mezclar con acesulfamo potásico para lograr un dulzor más parecido al azúcar común.
La sucralosa se produce por la cloración de la sacarosa (el azúcar común o de mesa), por lo que también muchas veces la sucralosa se ha promocionado y vendido como un edulcorante "natural" ya que deriva del azúcar directamente. En la UE tiene el número E955.
Por último, el acesulfamo potásico (E950) se aprobó en Estados Unidos en el año 1988 y en la Unión Europea en 1994. A pesar de su aprobación, el acesulfamo K no está exento de polémica ya que hay estudios que lo asocian con un aumento de peso por su interferencia con la tiroides. {alertInfo}
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